martes, 3 de julio de 2007

Primeros días en CUBA (relato atrasado)



Como conté, llegamos con Lau a La Habana. Los primeros 3 días nos hospedamos en un hotel, el “Kohly”, porque mi mamá había reservado esas noches. Vinieron muy bien, el hotel era muy cómodo comparado con la vida de hostel que veníamos haciendo; de hecho con Lau nos quedó como parámetro de “comodidad” para el resto del viaje…quedó la frase “bueno, no es el Kohly pero zafa”…y cosas así. Por ejemplo, después de varios días de letrinas silvestres en el campamento zapatista, cualquier inodoro –por más tapado que estuviera- era equivalente al confort del Kohly.


En La Habana hay mucho para ver, como en cualquier ciudad grande, con la particularidad de ser la capital de uno de los últimos bastiones del comunismo, un sistema instaurado hace 50 años…con lo que ambas cosas significan. Con Lau enfilamos para la zona céntrica (en nuestro primer viaje en “guagua”, que merecería un capítulo aparte) y apenas llegamos empezamos a vivir algo que nos habían advertido: el acercamiento amistoso de cubanos, para darte charla y ofrecerte compañía durante la caminata. No lo hacen para robarte, sino para pasar el día…usualmente cuando te estás comprando algo para comer o tomar te sugieren invitarlos. Si bien estábamos bien ratas y no pensábamos invertir en un guía turístico improvisado, dejamos que se nos acercaran un par porque la verdad es que la charla es interesante, y divertida también…los cubanos tienen un humor excelente!

La mayoría de estos “acechadores” son jóvenes, disfrutan de conversar con la gente que viene de afuera por la curiosidad de saber qué pasa afuera de la isla, y en muchos casos también por la expectativa de hacer amistad con un turista y lograr que en unos meses lo saque pidiéndolo legalmente desde el Exterior. Las viajeras mujeres son la carnada más atractiva…muchos sueñan o hasta especulan con levantarse a una extranjera para que ésta, chorlita enamorada, haga los trámites para sacarlo y hasta mandarle cosas o divisas desde afuera. En ese contexto, un par de viajeras sub 25 como Lau y yo, solteras y preciosas (cuac), éramos una presa muy preciada. Tuvimos compañía bastante tiempo, lo cual estuvo bueno porque conversamos mucho sobre cómo viven allá, y además tener compañía “acechadora” nos liberaba de que otra gente se nos acercara. ¿Mencioné que nunca nos sentimos tan lindas? Propuestas varias de matrimonio en unos pocos días, por este tema de querer salir de la Isla.

Con una pareja de un viejo y un joven recorrimos las calles principales del centro, espacios históricos, etc. Ellos nos iban contando un poco de todo, también nos íbamos riendo mucho, y les íbamos preguntando de todo. Ruben y Pablo, muy atentos.

La Habana por momentos parece congelada en los años 50…los autos, la fachada de los edificios, la arquitectura en general. Eso de a ratos me encantaba, de a ratos me daba pena por la evidente falta de acceso a tecnologías y cosas del afuera más modernizado, y de a ratos sacaba a la turista japonesa más pesada que llevo dentro, haciéndome sacar muchas fotos. Estas son algunas…¿Se puede observar que las motos, los carteles, las vidrieras, las calles, TODO parecen de hace 50 años?

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Esta gente que está acá, está jugando al dominó en la calle, en un barrio medio tugurio cerca del casco histórico. ¿Cuántas cosas más se podrían hacer, si hay solo 3 canales de TV (manejados por el Estado), no hay acceso a internet, no existen los paseos de compras, el pan está asegurado, no se pueden comprar muchos otros juegos de mesa del exterior y hasta el diario lo emite el Estado?

Algunas de las cosas que visitamos en La Habana fueron el famoso e imperdible Museo de la Revolución, donde se cuenta primero la historia de Cuba pre-Castro, luego el avance de la guerrilla hasta conquistar el poder, y los cambios ocurridos desde la Revolución Cubana en 1959.

Aprendí un montón, y sé que Lau también. Debo confesar que salí de ahí con ganas de revolucionar el mundo, la parte de mí que leyó El Capital a los 14 estaba como loca. También ahí entendí por qué el Che es tan venerado allá (más allá de todo lo que se lo admire por ser alguien que se haya jugado por sus ideales y bla bla). Resulta que la caída del gobierno de Batista se precipitó gracias a 3 combates, liderando el Che el combate fundamental en Santa Clara, la victoria definitiva.

En todo Cuba está la marca registrada del sistema que viven, y la cosmovisión del gobierno. Obviamente un museo donde se reproduce la historia de la victoria comunista no es la excepción, y por momentos causa hasta gracia lo sesgado de los relatos. No tuve mucho problema con eso, igual… digamos que el sesgo se inclina para el mismo lado que yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es increíble no te conozco, soy de Honduras, pero llevo como dos horas leyendo tu blog, me parec super interesante!!! la verdad me gustaria estar mas invlocrada con lo de ser voluntaria!! pero todo lo de Cuba me parec super intersante, siempre he querido conocer Cuba... Muchas bendiciones y exitos!!!