No me digas Magui, decime Maguíver (McGyver)

Me encantaba esa serie televisiva donde ese treintañero norteamericano sorteaba cada obstáculo en su labor policial con elementos de los más extraños. Me acuerdo de una vez que había quedado encerrado en algo así como una celda de una comisaría y se escapó con un fósforo y un chicle. Era capaz de resolver el asalto a un banco con un pañal, detener una bomba con un pelapapas o desviar un tren con fijador para el cabello.

Pues bien… he tenido mi momento McGyver en el viaje. Todo mochilero necesita ingeniárselas un poco para ahorrar espacio, cocinar con lo que tenga, reparar lo que sea con lo que venga… y ese fue mi caso para averiar la mochila.

Mi compañera inseparable de aventuras venía amagando con romper el cierre y un día en Bocas del Toro me quedé con el cierre del bolsillo principal prácticamente en la mano. Debo confesar que me desesperé, cosa que a McGyver no le hubiera pasado. Estaba en el medio de esta isla y encontrar una reemplazante digna no iba a ser así de sencillo. Así fue que pensé en coserla, y unos chicos que se hospedaban en mi hostal me dieron la idea de coserlo con Hilo Dental, porque es más resistente e impermeable. Logré poner el cierre bastante en su lugar y arreglar la mitad del bolsillo… pero la otra parte la cosí. Podía haberme evitado contar este suceso, pero me divirtió hacerlo.

Aquí está la foto de la costura… (sí, un toque grasa)

Quedó bien pero no perfecto, así que hasta que pueda comprar otra ando con el protector de lluvia para todos lados. Es amarillo chillón y me hace sentir más observada (y una especie de hazmereir mochileril...), pero es lo que hay!

Acá estoy cruzando la frontera con el protector puesto. Es de cuando volví a cruzar la frontera, de vuelta a Costa Rica.



un beso enorme! Oremos por la paz de la región... y gritémosle a Uribe que ya lo dijo Gandhi: no hay camino a la paz, la paz ES el camino.